jueves, 11 de septiembre de 2025

Narcohuachicol para los comunistas

 

Foto: El Universal

Les he estado contando cómo el narcorrégimen de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) estuvo subsidiando a los Barrigones de la cautiva suministrándoles petróleo y contratando médicos esclavos. Petróleo que, les decía, pertenecía a todos los mexicanos por ser propiedad de la empresa estatal Pemex.

Pues no, sí era petróleo de todos los mexicanos, pero el "cuate" se lo robaba, literal. Petróleo y combustibles robados. No unos miles de litros, no, millones y millones. Barcos completos.

Y no lo hacía en conjunto con alguna banda de malhechores, lo hacía con la Marina y Armada de México.

Contrabandearon y robaron a manos llenas. No solo se llenaron las bolsas y subsidiaron dictadores, también con combustible robado financiaron las obras faraónicas con las que el viejito se encaprichó. Al menos dos: el tren Interoceánico y el Maya, ese que les conté que usaba balastro cubano.

Y es que el señor, que antes de convertirse en presidente en 2018 prometía regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles —pues estaban en las calles combatiendo a los narcos—, luego de sentarse en la silla les ordenó no combatirlos más, pero les dio, como en la cautiva con Gaesa, un papel preponderante en sus obras de faraón azteca y en el control de aduanas, puertos y aeropuertos.

Dinero y militares, ya saben el resultado.

El otro día critiqué al secretario Rubio a sabiendas de que es un asiduo lector de este blog (¿podrá leer en español?)puesto que se reunió con Claudia, la pupila de AMLO, y no hizo nada para impedir que la señora siguiera contratando esclavos. Como burla, la muy agraciada presidenta contrató dos mil más después de la visita.

También les conté que Marco, como representante de Estados Unidos, defiende los intereses de su país, que ahora es el mío, qué bien. Y, además, les dije que, como cubanos, en el tema de la isla cautiva, estamos solos, y que la visita de Rubio y la contratación de más esclavos después era una buena demostración de esta dolorosa verdad. 

La señora Claudia contrató dos mil más, pero también obedeció a los deseos reales de Marco y de su jefe en la Oval. Poco después de la visita del cubano secretario, finalmente en México se empezaron a tomar acciones contra el "huachicol".(*)

Ya una vez les conté lo que es el huachicol, pero lo cuento de nuevo. Así le dicen en México al combustible robado. Robado en diversas maneras: extraído de un ducto de Pemex o de un tanque de una refinería, o importado ilegalmente sin pagar impuestos.

Y es en esta forma —le dicen "huachicol fiscal"— en que al fin la señora metió mano en el negocito. Calculen la magnitud del negocio que solo en el primer tanquero incautado la evasión de impuestos calculada es de siete mil millones de dólares.

Solo un barco, y fueron cientos. Esos sí son negocios.

Las cabezas visibles del tema eran nada más y nada menos que dos sobrinos, uno almirante y otro contralmirante, del secretario de la Marina en tiempos de AMLO. No solo traficaban, asesinaron a todos los que se les interpusieron. Mafia pura.

Corrompieron a una de las instituciones más prestigiosas de México.

Apenas se empieza a halar el primer hilo de la madeja corrupta. Ya veremos lo que sucede en los aeropuertos, en manos de esa misma Marina. Ya veremos qué hacían con los cargamentos de droga procedentes de Sudamérica. Tanto así, que AMLO apoyó el intento de golpe de estado en Ecuador, su suministrador.

Hoy la empática Claudia es persona non grata en ese país.

También escucharemos de los lotes de precursores de droga procedentes de China. Incluso de cargamentos de telas de ese país. Oiremos de todo.

Hasta armas de grueso calibre eran contrabandeadas en esos barcos. Armas para el Cártel del Golfo, el mismo que esos marinos deberían combatir.

Militares y dinero, ya saben el resultado.

Y siempre —siempre— que tropezamos con algo retorcido, algo corrupto, algo oscuro, siempre —siempre— aparecen involucrados esos Barrigones.

Serán ineptos para alimentar, alumbrar u ofrecer dignidad a sus cautivos, pero como mafia no tienen competencia.

De lo primero, el mejor ejemplo es que hasta con petróleo robado son incapaces de mantener encendido su desvencijado "sistema eléctrico nacional". Ni aunque se lo regalen.

Marco no impidió la contrata de más esclavos, pero al menos —esperemos— propició el inicio de una investigación que —esperemos— impedirá, o al menos dificultará, a la señora Claudia seguir regalando petróleo a los ladrones de La Habana.

 

Y total, roban y roban. Les regalan petróleo y los cubanos siguen sin luz… y sin libertad.

 

(*) El huachicol o guachicol es una bebida alcohólica adulterada.​ Esta palabra del español mexicano también se usa para nombrar al combustible (gasolina o diésel) adulterado o robado. Las personas que se dedican a la actividad ilícita de robar y adulterar combustible y bebidas alcohólicas en México se conocen como huachicoleros. (Wikipedia)

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