El 29 de mayo pasado salió el Barrigón número 1 culpando a sus vasallos de consumir demasiada electricidad. La Junta que él representa confiscó, hace sesenta y seis años, las empresas privadas que suministraban ese vital servicio a los cubanos libres de entonces. De cuando no había apagones.
Según ellos, se las quitaron a los imperialistas y a los avaros burgueses. La "rapiña", las "venas abiertas", ustedes saben.
El Orador Orate prometía que la magnánima "revolución" estaría al servicio del "pueblo" y que su isla se convertiría en una "potencia energética" y todas esas monsergas que durante horas nos disparó el hiperactivo dictador. Todo ese proceso se lo he narrado en Se acabó... y también en El camino de los impíos...
Pues ahora los pedigüeños han llevado a la isla cautiva a una depauperación tal que ya saben que no van a tener una solución ni a corto ni a mediano plazo. Yo les digo que ni a largo tampoco: sesenta y seis años de fracasos son prueba suficiente.
Con su carisma característico, el Panzón 1 dijo, además, que ya Venezuela no es un socio confiable. ¿Cómo lo va a ser, si el circo de Barrigones lleva casi treinta años succionándolos como vampiros? Maduro será bruto y tonto, pero es menos lo segundo que lo primero.
Acabaron con Venezuela después de secar a los soviéticos durante la misma cantidad de años. Ahora sueñan con que se les dé el plan con México. Me temo que no van por mal camino, una vez más.
El caso es que no tienen dinero, ni petróleo, ni gas..., ni vergüenza.
Y en vez de buscar alternativas racionales, este tripudo de mirada lánguida no encuentra otra solución que culpar a los cubanos por consumir electricidad.
Pronto también los va a culpar de querer comer, de pretender bañarse a diario o de apetecer beber agua limpia. Llegará el día en que los acuse hasta de querer respirar.
El aire todavía es gratis, pero no se descuiden, que estos para joder no tienen competencia.
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