jueves, 18 de septiembre de 2025

Del Moral sin moral

Foto: Periódico Cubano

La clase política mexicana, como la de todos los países, es una fauna integrada por inmorales, traidores, corruptos, pendencieros, oportunistas y alguna que otra excepción por la que se pueden dar dos centavos. Todas estas loables características se incrementaron, florecieron, durante el infausto gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).

Ha sido el gobierno más corrupto en la historia de ese país, la magnitud de este flagelo empobrecedor apenas empieza a aflorar. No porque su sucesora lo investigue a voluntad, sino gracias a las presiones de Trump y Rubio.

Al contrario, ella hace malabares para impedir que el fuego de la justicia llegue a su mentor y su familia. Como disciplinada heredera acabó, el pasado 1 de septiembre, de destruir el último poder independiente que quedaba en la hoy desaparecida democracia mexicana, el judicial.

En las elecciones de 2024, Claudia Sheinbaum se alzó con la presidencia, no gracias a su carismática personalidad, sino a decenas de miles de millones de pesos vertidos en la compra de votos, el secuestro o extorsión a los candidatos de la oposición y el relleno de urnas por parte de políticos y narcos.

Uno de esos candidatos de oposición que perdieron ante la aplastante máquina electoral de Morena, el partido de AMLO, fue Alejandra del Moral, candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), organización que hoy es un cascarón vacío, puesto que la mayoría de sus miembros militan en el lado moreno. Hasta su presidente se apellida Moreno.

Alejandra, abandonada por su partido en las elecciones de 2023 para ser gobernadora del estado de México, perdió ante Delfina Gómez, una de las más fieles y leales servidoras de AMLO. A pesar de que todo estuvo en su contra, Del Moral logró el 44.5 % de los votos, contra 52.7 % de Delfina.

Delfina, como Claudia, ha sido bendecida con un carisma tan atractivo como una patada en los huevos al despertar. Pero en los tiempos de AMLO, serle fiel vale muchos votos.

Y leo, como todas las mañanas, entre los muchos sitios de noticias que reviso, en Periódico Cubano, que Alejandra, como muchos de sus colegas, se pasó del PRI a Morena y como premio le dieron la dirección de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).

Les confieso que es la primera vez que escucho sobre esta agencia, y tropiezo con ella porque, en vez de estar colaborando para el desarrollo con los principales socios comerciales de México, lo hace con, ya usted se imagina, con la Junta Militar de Barrigones que mantiene en la miseria a la isla cautiva.

México no solo perdió su democracia, como Venezuela a comienzos de siglo, sino que ya tiene todos los síntomas del contagio y la infección de las garrapatas Panzonas. Petróleo regalado, médicos invasores, brigadas de adoctrinadores, y ahora Alejandra.

Resulta que desde 2022, la AMEXCID ha estado suministrando semillas y "otros recursos indispensables" para campesinos o cooperativas, en La Habana primero y ahora en Villa Clara. O sea, desde hace tres años. Dinero de los contribuyentes mexicanos tirado a la basura, puesto que los cautivos de la isla siguen pasando casi la misma hambre que los reconcentrados de Weyler.

Del Moral, como corresponde a su nueva etapa, ya vestida a la usanza típica de Morena, se bajó en La Habana, o lo que queda de ella, a estrechar los lazos de amistad con la pandilla Barriguda. Dijo que le dio "mucho gusto" lo que allí vio.

 

Foto: CiberCuba

Ya usted sabe lo que no vio. Cuando alguien no tiene moral, no distingue la injusticia. Y Del Moral, evidentemente, la perdió en el camino.

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