sábado, 16 de agosto de 2025

El mito que persiste

 

Ayer me tomaba un café con un entrañable amigo mexicano. Yo un expreso y él un té de frutos rojos, creo. La diabetes es una enfermedad cabrona.

Llevó un ejemplar de Se acabó... para que se lo dedicara. Lo cual hice con mucho gusto. Apenas lo había comprado y no había leído nada aún, solamente la contraportada.

Y enseguida me soltó la pregunta, la pregunta que repetidamente nos hacen los que no nacieron en la isla cautiva a los que somos de allí.

"De qué vivía Cuba antes de que llegara Fidel Castro?".

Él mismo empezó a responderse: sí, del turismo gringo y todos esos negocios corruptos. Como en El Padrino y el teléfono de oro con Batista.

Después de tantas veces de explicar lo que no necesitaría explicación si la propaganda del Orate y su pandilla no hubiera sido tan exitosa, uno adquiere una cierta resignación.

Le empecé explicando que Cuba antes de 1959 era el principal productor de azúcar de caña del mundo. Era el principal exportador de ese producto en el mundo.

Producía muchas otras cosas, tantas que en uno de los primeros planes económicos, después de que el Orate confiscara todas las empresas privadas importantes, se incluyó continuar y aumentar la producción de tomates, pescado, langostas, café, confituras, cerveza, calzado, etc.

Todas industrias que habían sido recientemente confiscadas a sus legítimos dueños, hoy desaparecidas bajo la ineficiencia, indolencia e ineptitud del socialismo.

Le expliqué que Cuba competía de tú a tú en todas las esferas económicas con el resto de los países del mundo, y que, como México hoy, tenía un tratado comercial preferencial con Estados Unidos.

"Es verdad", me dice mi amigo, "los gringos dominaban todo en Cuba".

Resignado, le expliqué que para 1959, año en que el Orate llegó a destruir la nación, el capital norteamericano seguía siendo el principal inversionista extranjero en la isla, pero que su importancia total iba disminuyendo ante las inversiones del capital cubano. Que lo iba a leer en detalle en el libro.

"Pero es que había mucha pobreza, analfabetismo y desnutrición".

Otra dosis de paciencia y le contesté que sí, que había pobreza, analfabetismo y desnutrición. Pero no tanta como la propaganda de los comunistas cubanos ha divulgado. Había de todo eso, pero igual o menor a la que había en el resto de Latinoamérica en esos años.

Salvo Venezuela, Nicaragua y Cuba, todos los demás países del continente han mejorado sus condiciones económicas y sociales sin necesidad de una dictadura totalitaria. Y esos tres, con sus miserables dictaduras, han llevado a sus países a la miseria material y espiritual.

Cuba era un país próspero, autosuficiente y funcional cuando la mayoría de los cubanos se rindió ante el carisma del Orate barbudo. Le dejaron hacer todo lo que quiso con sus destinos, se sintió Dios y quiso imponer su voluntad, no solo sobre sus súbditos, sino hasta sobre la realidad.

Hasta entonces Cuba competía y vivía con problemas, pero con dignidad y libertad. Repito: próspera con pe.

Hoy es un Estado fallido. Parasitario con pe.

Mi amigo se leerá Se acabó..., pero incluso antes de empezar, luego de conversar ayer, usó varias palabras con pe para referirse al Orate y a la Junta de los Barrigones que lo sucedió.

"Pinches, putos, pendejos, panzones".

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