martes, 17 de junio de 2025

Etecsa 1, cubanos 0

 


Hace una semana comentamos sobre el aumento desmedido de las tarifas que el monopolio estatal Etecsa les propinó a sus cautivos usuarios. Cautivos porque Etecsa es el monopolio que controla todas las comunicaciones telefónicas y en línea en la isla.

En marzo de 1959, a dos meses de haberse hecho con los destinos de Cuba, el Orate y sus huestes intervinieron la Compañía Cubana de Teléfonos, con la justificación de que era un monopolio y se habían incrementado las tarifas.

"Así que veo con optimismo que la medida revolucionaria en la Compañía de Teléfonos va a tener un gran éxito, y que el pueblo no tardará en ver los beneficios. Y que por fin aquí se podrá comunicar todo el mundo por teléfono, y barato. Las tarifas, en definitiva, que se hagan, se harán atendiendo realmente los costos, atendiendo realmente las necesidades. Será una cosa justa lo que se señale".

Es decir, antes había un monopolio que elevó sus precios y, por ello, el Orate lo intervino y finalmente lo confiscó, mientras redujo las tarifas en busca de fomentar el apoyo popular a su nuevo régimen.

Ahora hay otro monopolio que eleva sus precios —por encima del salario mínimo de un cubano de a pie— y la Junta de los Barrigones, heredera del Orate, lo justifica de mil maneras.

¿Ven la diferencia entre una sociedad libre y una esclava?

Muchos en el exilio se apresuraron a secundar a un grupo de universitarios que se opusieron al desmedido incremento. Como siempre, se preparó una carta de apoyo a los estudiantes. Cientos de firmas, bien intencionadas. Curiosamente, las que provinieron de la academia fueron separadas de las del resto de los patrocinadores. Hasta en la solidaridad hay clases.

Fidel Castro llegó a apoderarse de Cuba a base de balazos y periodicazos; los Barrigones solo se irán o con balazos o con que les cortemos de una vez su principal fuente de sustento: nuestros dólares.

Etecsa, intrínsecamente ineficiente, ha gozado durante años de su situación monopólica y ha subsistido artificialmente con las recargas realizadas desde el exterior.

Pero como los dueños de Etecsa, los Panzones, son tan tontos, ineptos y nunca han tenido un empleo productivo en toda su inútil vida, ellos mismos asfixiaron a su empresa, como asfixian la existencia de los cubanos.

Por un lado, como parte del "ordenamiento" ejecutado por el primer ministro Marrano —o Marrero, no sé— dividieron las recargas: las realizadas en Cuba se pagarían en pesos cubanos, y las del exterior, en dólares. No tomaron en cuenta el mercado informal de divisas, y los cubanos —que pasan hambre, pero no son tontos— solo recargaron sus dispositivos móviles desde la misma Cuba, pagando con sus devaluados pesos.

También pudo haber habido un esquema de corrupción por parte de los administradores de la empresa y sus cómplices en el exterior. Durante años, muchas plataformas ofrecieron recargas en dólares que luego eran adquiridas en pesos dentro de Cuba. Negocio redondo y lavado de dinero perfecto.

Se juntó a esto otra política de los Barrigones, de la que hemos hablado aquí ya. Se dedicaron a exportar cubanos a través de terceros países para rellenar a Estados Unidos de probables proveedores de remesas. Pero mandaron tantos que muchas familias completas quedaron de este lado, sin necesidad de hacer llamadas a la isla cautiva.

La solución de Etecsa fue la misma que han ejecutado los Barrigones: exprimir más al exilio. ¿Quieren hablar con su familiar amado? Paguen.

Y ahí entraron los mencionados estudiantes, no a protestar, sino solo a quejarse por los "canales establecidos". Es como negociar con tu verdugo qué tan larga será la cuerda de la horca o qué tan afilada está el hacha con la que te cercenará la cabeza.

 


Los que de verdad protestaron fueron rápidamente neutralizados, los quejosos ya fueron "atendidos", y el tema, como muchos otros antes, se ha ido diluyendo. Las tarifas, sin embargo, ahí continúan.

Hace una semana les dije esto:

"Ojalá pronto tenga que reconocer que me equivoco. Pero estoy seguro, lamentablemente, de que al final Etecsa, es decir, los Barrigones, nos vuelven a ganar".

Nos volvieron a ganar, a pesar de las cartitas. Crearon un grupo "multidisciplinario", los jodieron.

Lo que me preocupa ahora es que, con este éxito, no se les vaya a ocurrir a los Tripudos empezar a cobrar en dólares las pocas horas de electricidad que proveen o las tres gotas de agua que por sus acueductos oxidados les envían.

 


Ya lo sabemos, a ellos les encantan nuestros dólares.




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