Me pregunta uno de los pocos amigos que me quedan en la isla cautiva si es verdad que las fuerzas armadas iraníes han rechazado la invasión de Israel a la República Islámica de Irán. Lo hizo a través de un correo electrónico, por lo que, dudoso, entré al inframundo noticioso del país cooptado por la Junta de los Barrigones.
Nunca visito esos sitios, la verdad. Una de las bendiciones de la libertad es poder escoger dónde informarse y decantarse por lo que parezca más acertado. Tampoco es fácil: incluso en la libertad una gran proporción de los medios informativos están sesgados, generalmente hacia el lado contrario a mis intereses y principios.
He comprobado esto con mis tíos, que aquí viven. Regularmente me hacen preguntas similares a las de mi amigo cautivo, contrarias a toda la realidad. Para ellos, es el resultado de ver Univisión y Telemundo casi las veinticuatro horas del día.
El bombardeo es solo noticioso, pues las calles de La Habana y otras ciudades en la cautiva están más destruidas que las de Gaza. Sesenta y seis años de bombardeo socialista con proyectiles de desidia, incompetencia y maldad. Destrucción total.
Díaz-Canel, el Barrigón número 1 —más conocido entre sus vasallos por un insulto con el que describen a personas viles— ha hecho un llamado mundial a “la movilización internacional para actuar unidos e impedir a tiempo un conflicto internacional o amenaza nuclear”.
No sé si se refiere a la amenaza nuclear de las seis ojivas que los ayatolás tenían ya casi listas para volar todo el Estado de Israel y, quizás, algún vecino suní. La cúpula teocrática iraní es chiita y, así como odian a los israelíes, desprecian a sus primos los suníes. Aunque, a veces, como en el caso de Hamás, no le dan importancia a este detalle, claro, mientras masacren occidentales. Cosas de musulmanes.
El designado canciller de los Panzones no se quedó atrás. Bruno Rodríguez Parrilla —quien ya ve la parrilla de la justicia calentándose— hizo un llamado «a actuar para rescatar la Paz».
Llamado y condena que nunca hizo cuando los mencionados suníes de Hamás invadieron Israel y secuestraron y asesinaron a más de mil civiles, tanto israelíes como de otros países. Tienen memoria selectiva, y sinvergüenza.
Tampoco es que mucha gente fuera de Cuba les preste atención a los llamados de estos dos monigotes. El tema aquí es la desinformación que les inoculan a los siervos bajo su mando.
Lo bueno es que la realidad se impone a las falsas manipulaciones. Lo bueno es que Israel, con todos los defectos que tenga, es una democracia occidental, un faro de civilización rodeado por los pozos oscuros del fanatismo religioso y el odio racial.
Lo bueno es que Israel ya destruyó casi toda la estructura militar de los intransigentes ayatolás que oprimen a ese bello país desde finales de 1978.
Desde entonces, han recibido el apoyo moral y diplomático primero del Orador Orate, y ahora de la Junta de Barrigones.
No importa que los Gordos nunca les hayan podido sacar una gota de petróleo gratis a los barbudos del turbante. No. El apoyo es sincero: para los Barrigones todo lo que sea joder a la libertad y la democracia justifica poner en marcha un bombardeo de mentiras.
Como me dijo mi amigo al final de su e-mail: “La experiencia me dice que debo creer todo lo contrario a lo que ellos dicen, como me pasó con Ucrania”.
Justo, así es. Son mentirosos y cobardes.
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