En el mundo libre nos subimos en las bicicletas por placer o para bajar de peso.
En la isla cautiva es una necesidad, ante el colapso total del transporte público.
El problema es que si los ciclistas de aquí tenemos que cuidarnos del imbécil que viene concentrado en su celular, los de allá tienen que cuidarse de eso mismo, pero también de que a un almendrón no se le caiga una rueda o... de que un bache consuetudinario acabe con sus vidas.
Esto le pasó a este infeliz cautivo, un bache lo mató. Mírenlo tendido al lado de su asesino socialista.
En el mundo libre sería causa de una demanda millonaria, en la isla de los Barrigones es un muerto más, una boca menos para alimentar.
Lo medio enterrarán en un cementerio inmundo, en una caja de cartón. A donde llegará en una carreta de bueyes, como los esclavos habaneros durante la epidemia de cólera de 1838.
Solo que esta epidemia no es de cólera, es de comunismo totalitarista, y es en 2025. Muertes creativas.
Me da tanta rabia.


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