viernes, 12 de septiembre de 2025

Los amigos de ayer son los enemigos de hoy

 

Foto: TWZ

Si usted tiene más de cinco décadas de vida, como el que suscribe, ya habrá experimentado múltiples decepciones en el tema de las amistades. A nivel personal, para mí han quedado en el camino más personas que los personajes de la Ilíada.

Conste que a muchos no los culpo, siempre he sido algo así como un lobo solitario, aunque no muy feroz. Hay gente, como mi hermano, que a pesar de ser un gran hijo de puta, tiene toda una pléyade de amigos que lo seguirían hasta la cima de la loma de Gallipoli en el verano de 1915.

Lo mismo pasa en el tablero de ajedrez internacional. Hace unos días les hablaba de la taimada y presunta amistad entre México y Estados Unidos. Hipocresía pura de la que dependen los derechos políticos de los mexicanos. Si el gobierno mexicano colabora con los intereses americanos, los gringos mirarán para otro lado mientras en México se instaura el autoritarismo. Ojalá me equivoque.

Y les traigo esto porque ya saben que Trump le llenó de destructores el litoral narcovenezolano a Maduro y su clan. Amenazas más que acción, hasta ahora. Como una probadita le soltaron un cohete de decenas de miles de dólares a una lanchita con once infelices a bordo que según llevaban drogas.

Maduro, o alguien que quiere escalar el conflicto (Cabello, shhhh), mandó a que dos de sus aviones de guerra sobrevolaran provocadoramente a uno de los barcos del Trompas, el USS Jason Dunham. Lo mismo que han hecho Putin y Xi durante años, provocando, cuqueando, como diría mi abuela. Y no ha pasado nada.

Los radares gringos los tienen que haber captado desde que despegaron de la base aérea El Libertador, al oeste de Caracas. Y no hicieron nada.

Ya veremos qué pasa en estos días.

Pero no es de lo que puede o no pasar de lo que les quiero hablar. Les quiero hablar de lo de las amistades, y de los aviones. Y es que los dos aviones bolivarianos que sobrevolaron la flota amenazadora eran dos General Dynamics F-16A, remanentes de un lote de veinticuatro aviones que Estados Unidos le vendió a Venezuela allá por 1982.

Por entonces, en la Casa Blanca estaba sentado Reagan y en Caracas el presidente era Herrera Campins, y luego Jaime Lusinchi, cuando finalmente le entregaron los aviones. Tiempos de buenas relaciones.

Incluso sirvieron los Viper, así les dicen a los F-16, para responder al intento de golpe de Estado que, en febrero de 1992, un teniente coronel llamado Hugo Chávez lideró para tumbar a Carlos Andrés Pérez. Los pilotos leales a la democracia, pilotando esos mismos F-16 que ahora pasan por arriba de los barcos de Trump, derribaron tres aviones de los golpistas.

Venezolanos contra venezolanos, y en aquella ocasión perdió Chávez.

Llegó Chávez finalmente al poder, gracias al manual y a la mano de La Habana. Llegó usando el juego legal de la democracia y desde el minuto uno, después de jurar defenderla, empezó a desarmarla. Lo hizo Ortega en Nicaragua y lo está haciendo Claudia en México.

Así que de amiguitos se hicieron enemigos.

Automáticamente, Estados Unidos dejó de surtirles piezas de repuesto y armamento para los mentados aviones, y es así como de los veinticuatro originales hoy solo medio funcionan cuatro de ellos. Dicen los rumores que un ejemplar fue enviado a Irán, para que los ayatolás estudiaran su tecnología secreta.

Aplicaron eso de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos.

Pero en esto de la política hay veces en que esta lógica no aplica. Generalmente sucede cuando hay dinero por medio.

Por eso, cuando la dictadura venezolana se quedó sin piezas con que reparar los F-16, sin cohetes ni bombas con que artillarlos, no acudieron a sus amigos para que los ayudaran. No, recibieron ayuda, generosamente recompensada, de Israel.

Sí, de Israel, el "mejor aliado" de Estados Unidos, el estado democrático al que Irán quiere desaparecer. Israel equipó a los F-16 bolivarianos con misiles aire-aire Python-4, sistemas de navegación Litening y bombas de precisión aire-tierra.

Mejoraron los aviones de los amigos de sus enemigos, de los enemigos de sus amigos.

Misiles aire-aire que podrían ser disparados contra aviones norteamericanos, sistemas de navegación que guiaron a los F-16 hacia los barcos norteamericanos, y bombas de precisión que podrían ser lanzadas sobre estos.

Foto: TWZ

Como en la vida de una persona, nunca se puede estar seguro de que un amigo de hoy puede ser un enemigo mañana..., y viceversa.

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