jueves, 26 de junio de 2025

Europa, tan débil como irrelevante


A veces trato de evitar leer noticias provenientes de Europa, especialmente de España, que está en mi corazón.

A lo largo de toda la historia de la civilización occidental, que recibe ese nombre gracias a Europa, ese continente ha sido la cuna desde donde se edificaron los pilares de esta: la Ilustración, los derechos del hombre y el concepto de ciudadano.

Esa moneda también tuvo otra cara: la negativa. Hasta 1945, y con el estornudo balcánico de los noventa, los europeos se pasaron la historia guerreando unos contra otros sin motivo lógico alguno. Hitler y Mussolini fueron la cúspide de esa tradición.

Estados Unidos los salvó de la barbarie —me refiero a la Europa occidental, la de la OTAN—, mientras que a la oriental Stalin la salvó de los nazis para meterles la Stasi. Han disfrutado de ochenta años de protección nuclear y logística norteamericana mientras sus gobiernos y sociedades gritan y gimen en contra de su protector.

Ahora mismo, con el ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de los terroristas iraníes, los "culogordos" europeos, como los llama Juan Abreu, hacen lo que él mismo describe:

"Ay, ay, USA ha atacado a Irán, ay, ay, quiere destruir las fábricas de armas atómicas en progreso de Irán, ay, ay, Israel ha atacado también esas fábricas y además ha matado a un grupo de asesinos religiosos que mantienen esclavizados a los iraníes, especialmente a las mujeres, y que financian a todos los grupos terroristas que llevan décadas atacando a Israel y que, ay, ay, son un peligro para la humanidad. Qué horror con estos belicistas yanquis y judíos. Ay, ay, la PAZ, la PAZ". 

No solo los están reconquistando los musulmanes, han quedado irrelevantes. Lloriquean por la llamada paz, que solo es para los terroristas islámicos, mientras Trump, sin consultarles, lanza bombas.

Bombas que, a la par de sus quejidos pidiendo diplomacia y multilateralismo, les resolvieron el problema de la amenaza nuclear en su traspatio.

No se puede ser pacífico cuando estás rodeado de enemigos, de países dictatoriales en los que no se respetan los derechos individuales, de las mujeres, de los homosexuales, donde no existe la libertad de prensa y donde se impone por la fuerza un credo religioso o político.

O despiertan o se joden, así de sencillo.

Ahora están reunidos en La Haya, en otra más de las inútiles cumbres de la OTAN. Creo que esta no será tan infructuosa, precisamente porque allí está Trump para despertarles de la somnolencia pacifista.

Da risa ver a Pedro Sánchez haciendo malabares para no tropezarse con el búfalo en cristalería que es el zanahorio americano. No le sirvió de nada.

Ante la negativa de Sánchez de invertir en defensa el 5 % del PIB español, como lo hará el resto de los países de la OTAN, Trump le dobló la apuesta: "Voy a negociar directamente con España. Lo haré yo mismo. Van a pagar. Así pagarán más".

Sánchez, como su antecesor Zapatero, no solo desprecian a la OTAN y a Estados Unidos, también odian al Estado español.

 


Como liendre, está aferrado a la presidencia de España, aliándose sin repugnancia con todos los partidos nacionalistas que quieren disolver al reino y hasta con antiguos terroristas. Quizá no tan antiguos.

De su corrupción ni hablemos, ya están a niveles de México.

En una de esas Pedrito, saca a España de la OTAN… O quizás precisamente eso es lo que quiere.

 



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